Yvoire, situada en la Alta Saboya de Francia, es sin duda la más pequeña, encantadora y pintoresca ciudad medieval a orillas del Lago Lemán o Lago de Ginebra. Está en tan buen estado y tiene una ubicación tan especial y bucólica, que parece que lo han levantado hace poco como si de un parque temático medieval se tratara. Aunque ha sido parcialmente restaurado, ha perdurado prácticamente inalterable al paso del tiempo. Por esto, no es de extrañar que Yvoire esté incluido entre “Los Pueblos más bellos de Francia”.
Yvoire está tal y como lo diseñó el Conde Amadeo V de
Saboya. Quiso hacer de este pequeño señorío un lugar inexpugnable por su
estratégico enclave dominando el lago. Siguen en pie y en perfecto estado
su robusto castillo, la iglesia de San Patricio, el foso, las dos puertas
principales de entrada, sus casas y calles empedradas. Yvoire nos invita a
retroceder en el tiempo para imaginarnos cómo tuvieron que vivir sus vecinos en
el pasado. Es de agradecer también como han integrado sin dañar el diseño
ni la arquitectura las muchas tiendas, restaurantes, cafeterías y salas de
exposiciones que nos encontramos por todas sus calles.
Por lógica, la mejor época para visitar Yvoire son los meses de primavera y verano. Aunque es la temporada alta y la encontraréis llena de turistas, evitaréis el duro invierno que se vive en esta zona cercana a los Alpes. Pero además, podremos contemplar las miles de flores y plantas que engalanan todas y cada una de las calles y casas, coincidiendo con su época de floración. Es una tradición que llevan haciendo sus vecinos desde hace siglos y que gracias a ellos, se viene manteniendo en el tiempo. No en vano han ganado varios concursos internacionales por el cuidado y esmero que ponen en ello. Cada año cambian de diseño y decoración con nuevas temáticas.
También tenéis que tener en cuenta que muchos de sus
negocios y los principales puntos de interés para visitar cierran en otoño e
invierno.
Se agradece también que a nievel de restauración,
hayan sabido mantaner sus costumbres gastronómicas. Siendo un pueblo pesquero,
sus cocinas nos ofrecen deliciosos platos tradicionales donde la perca es uno
de sus productos estrella.
El Jardín de los
Cinco Sentidos
Las flores y plantas son una de las
atracciones centrales en Yvoire. Le Jardin des Cinq Sens (El Jardín de los
Cinco Sentidos) está inspirado en los jardines de la Edad Media. Ofrece
una oportunidad de experimentar con la flora a través de la vista, el
olfato, el tacto, el gusto y el sonido. El Jardín tiene todo tipo de plantas,
abarcando también las utilizadas para meditación y las medicinales. En la
parte central tiene un laberinto de setos y árboles dividido en cinco
secciones, cada una dedicad a uno de los sentidos.
El tema del jardín es “Festina Lenthe” (Apresúrate lentamente). Me parece que han elegido un
nombre muy acertado. Esto anima
a los visitantes a relajarse y descubrir cerca de las 1000 plantas del jardín a
su propio ritmo. Le Jardin des Cinq Sens está abierto desde las 10:00 horas,
pero solo entre los meses de abril a octubre.
El Castillo de
Yvoire
La historia escrita de Yvoire se remonta a
1306 y a un momento en que los castillos del Lago de Ginebra desempeñaron un
papel importante en la protección de las estratégicas rutas comerciales a
través de los Alpes y a lo largo del lago. Sin embargo, la desaparición
de estas rutas hizo que Yvoire entrara en decadencia y oscuridad
relativa desde el siglo XVI, convirtiéndose en un humilde pueblo de
agricultores y pescadores. Así estará hasta el siglo XX, cuando gracias al
turismo que atrae Yvoire, se vuelve a colocar en el mapa como uno de los
destinos populares y más visitados por los turistas.
El robusto castillo domina el pueblo desde la orilla del lago. Con un diseño típico de Saboya, nos recuerda muchas otras fortalezas medievales de la región.
El robusto castillo domina el pueblo desde la orilla del lago. Con un diseño típico de Saboya, nos recuerda muchas otras fortalezas medievales de la región.
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