A tan sólo hora y media de Barcelona, se alza una de las ciudades con más historia de toda la Península. Girona goza de un emplazamiento privilegiado y cuenta con tres elementos únicos en toda Europa: las antiguas defensas de la muralla carolingia más extensos de Occidente, la Judería, de las mejor conservadas, y la Catedral que, con sus 23 metros de luz, posee la nave gótica más ancha del mundo.
El barrio judío o el “Call” de Girona es uno de los más emblemáticos, gracias a sus calles y símbolos podemos conocer de cerca la historia del judaísmo en España. Dentro de la encrucijada de callejones medievales, el Call, donde vivió hasta finales del siglo XV una reducida comunidad, es uno de los núcleos medievales mejor conservados de Europa.
Este interesante barrio destaca por su riqueza arquitectónica, su atmósfera medieval e interesantes monumentos del legado judío. Es recomendable acercarnos al centro Bonastruc Ça Porta, la antigua posible sinagoga convertida hoy en centro de estudios. Al lado norte del centro se encuentra el Montjuïc, conocido como el monte de los judíos.
En el mismo barrio, el museo de historia de los judíos resulta imprescindible para descubrir los secretos de la comunidad judía. El recorrido se sustenta en ejemplos extraídos de la historia de los judíos gerundenses y en material arqueológico y documental relativo a la comunidad de Girona o procedente de otros sitios de Europa. Las diferentes salas detallan aspectos de la vida de los judíos en la edad media, hacen referencia a la vida cotidiana y familiar en la judería (el call), a la organización interna de las comunidades, al ciclo vital, a las festividades y tradiciones de la población judía.
Como tantos lugares mágicos, el barrio judío de Girona tiene su propia leyenda. Cuentan que hace mucho tiempo unos campesinos llegaron a la ciudad para celebrar la feria de San Lorenzo. Incitados por el clero, enloquecidos y furiosos entraron en el Call donde robaron, saquearon y degollaron a muchos judíos. Algunos huyeron, otros encontraron refugio en casas de cristianos con los que mantenían buenas relaciones comerciales y otros salvaron su vida al consentir ser bautizados en la fe cristiana.
Muchas personas que han paseado por el barrio judío, sobre todo de noche, aseguran que han podido escuchar los lamentos de una mujer sollozando, cantando una triste canción. Sonidos que se acercan y se alejan, no sabiendo bien de qué lugar exacto provienen. Es el fantasma de una mujer llamada la Tolrana que vaga sin descanso por el antiguo barrio judío de Girona. Vivía en el Call y cuyo cadáver fue encontrado decapitado en la Torre Gironella, lugar donde se habían refugiado muchos judíos a causa del ataque de los furiosos campesinos.
Recorred sin prisas su laberinto de calles y callejones descubriendo todos sus secretos y dejaos llevar por su silencio. Probablemente en algún rincón os sorprenda de un momento a otro el fantasma de la Tolrana o el de algún rabino.
Situada a nivel de la calle, se encuentra la tienda de Sefarad, una librería especializada donde también se pueden comprar objetos de regalo, recuerdos, vino casher y otros objetos de inspiración judía.
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