Debido a su ubicación a unos 2.800 metros sobre el nivel del mar y por encontrarse en la zona ecuatorial, Quito es una ciudad de contrastes con varios pisos climáticos, ideal para descubrir infinidad de motivaciones.
Cuna de la mezcla milenaria de pueblos y culturas que hicieron de esta ciudad un sitio único, la capital de Ecuador atesora cuatro siglos de memoria, de creación, de arte, de vida, tesón y esperanza.
Su larga historia se remonta al período preincaico, cuando en sus tierras habitaban los miembros de la nación Quitu. Como ciudad fue fundada por el español Sebastián de Benalcázar en las faldas orientales del volcán Pichincha el 6 de diciembre de 1534. Entonces recibió el nombre de San Francisco de Quito.
A través de la historia, la ciudad ha sido anfitriona de caminantes, adoradores, científicos, guerreros, arquitectos, emperadores y un sin número de grandes hombres y mujeres que contribuyeron al desarrollo de una urbe ubicada en el centro mismo del planeta.
Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO el 18 de septiembre de 1978, Quito posee el centro histórico más grande, menos alterado y mejor preservado de América.
Sus atractivos turísticos
Estar en Quito significa tener la posibilidad de visitar la latitud 0-0’-0”. Sobre la línea ecuatorial, se encuentra la grandiosa pirámide cuadrangular del Monumento Equinoccial.
Y si de espacios únicos se trata, hay que mencionar La Capilla del Hombre, un tributo donde se glorifica al hombre como tal. Temas como el dolor, el llanto, la ira, la ternura, la protesta, sueños, violencia, peleas, sacrificio, y la victoria del hombre latinoamericano forman parte de las obras del gran maestro ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (1919-1999) que se exhiben en este lugar. Allí también se encuentra el árbol de la vida, el mismo que fue sembrado por el maestro y en el que ahora reposan sus restos.
La Plaza Grande o de la Independencia, se ubica en el corazón del Centro Histórico, y aunque no fue la primera plaza de la ciudad, ha sido centro de actividades y reuniones quiteñas desde el siglo XVI. Está rodeada por cuatro pilares de la urbe: la Catedral, el Palacio Presidencial, el Palacio Arzobispal y el Palacio Municipal. La Plaza Grande es un gran lugar para observar el flujo, el color, el humor y la cotidianidad de la vida de los quiteños.
Yaku, que en quichua significa agua, es un espacio que propicia la educación ciudadana y la apropiación del patrimonio agua como legado colectivo y estratégico, a través del encuentro intercultural, el aprendizaje, la reflexión y la interpretación.
En Quito destaca también el parque Itchimbía, una especie de hermoso balcón de la ciudad, que ya desde la época de los Quitus-Caras fue considerado un sitio místico donde los habitantes recuperaban energías y purificaban su cuerpo. En la actualidad es un espacio para la educación ambiental y ciudadana.
Si para la visita a la ciudad se dispone de poco tiempo, una certera opción para conocerla es admirándola desde sus Miradores. Las montañas circundantes, los volcanes nevados, el casco colonial y los barrios modernos pueden ser apreciados todos al mismo tiempo. Son nueve miradores que ofrecen hermosas y diversas panorámicas de la ciudad y sus alrededores.
El arte como guía
La capital ecuatoriana durante todo el año es un escenario para el arte y la cultura. En los espacios públicos, las plazas y calles del Centro Histórico, las librerías, los auditorios, los museos y centros culturales siempre hay atractivas propuestas que servirán para conocer mejor la historia y la idiosincrasia de los quiteños, las tradiciones que forman parte de un país multicultural como es Ecuador.
Poetas, pintores, escritores, dramaturgos, músicos y bailarines han hecho de la ciudad su casa y una de las más vibrantes capitales culturales del mundo.
Quito alberga una gran cantidad de museos que abarcan un amplio espectro de intereses: históricos, arqueológicos y de ciencias. Por su parte, teatros como el Nacional Sucre, el México o el Variedades, son el escenario para importantes citas teatrales.
Además de su cercanía con la naturaleza y su insuperable gastronomía, la capital de Ecuador guarda un mundo lleno de cultura, historia y tradiciones.
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