Un castillo con aspecto terrorífico y tétrico. Así es el Castillo de Bran, más conocido por los turistas como el Castillo de Drácula, ubicado en Transilvania, Rumanía. Es uno de los más famosos en todo el mundo y mejor conservados.
Su construcción data del siglo XIV, a manos de los caballeros teutónicos. La circulación del castillo se ordena de un patio central, desde donde se accede a diferentes estancias, como la Sala de la Cancillería, con muebles europeos renacentistas, el dormitorio real, la Sala de Música, entre otras. Su belleza y arquitectura resaltan ante las más exquisitas miradas.
Leyenda del Conde de Drácula
Muchos turistas, claro está, acuden a este lugar intrigados por el gran misterio del supuesto Conde de Drácula. El Conde de Drácula es un personaje de la novela “Drácula” de Bram Stocker. Stocker lo creó inspirándose en el personaje de la vida real conocido como Vlad el Empalador. Vlad, en la vida real, vendría a ser el Drácula de la novela.
Vlad III o Vlad Tepes, nacido como Vlad Draculea, fue el antiguo príncipe de Valaquia (hoy el sur de Rumanía). Gran luchador, se volvió famoso por la forma en cómo castigaba a sus enemigos, por lo que se ganó el nombre de “El Empalador”. Sanguinario y sádico, almorzaba mientras veía cómo a sus enemigos les atravesaban un largo tubo de madera por todo el cuerpo. Ellos, podían quedar vivos, retorciéndose de dolor y desangrándose por un par de días, para el deleite de Vlad.
Por ello, Stocker lo asoció con el imaginario Conde de Drácula, conocido vampiro sangriento que acechaba sin piedad a sus víctimas.
Falsa creencia
¿Por qué relacionamos al Castillo de Bran, entonces, con el Castillo de Drácula? ¿Vlad El Emperador tuvo su hogar en el Castillo de Bran? La respuesta es no. No existe evidencia alguna de que Vlad III haya vivido en el Castillo de Bran. La historia que más se acerca a eso es que El Empalador pasó solo dos días en el castillo, cuando lo capturaron sus enemigos y lo encerraron en una mazmorra.
Entonces, ¿todo es una mentira? Aunque los turistas aún siguen creyendo que fue el hogar de Vlad, este castillo también es visitado por su belleza y antigüedad. Sin embargo, la leyenda aporta mucho, claro está.
En realidad, existe un detalle que sí relaciona al Castillo de Bran con la novela de Bram Stocker: la arquitectura y los interiores del castillo. Aunque Bran Stocker nunca en su vida viajó a Rumanía, a través de historias que le fueron contadas y distintos libros, pudo conocer sus interiores e inspirarse así para su novela, en donde describe al Castillo de Drácula con los mismos rasgos que el real Castillo de Bran.
Aunque es conocido (e incluso se han filmado películas de “Drácula” en ese castillo) como Castillo de Drácula de manera muy informal, la leyenda siempre seguirá presente en la mente de los turistas.
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