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martes, 16 de febrero de 2016

P. N. TONGARIRO. El escenario de El Señor de los Anillos.


En el corazón de la isla norte neozelandesa se encuentra el Parque Nacional de Tongariro, un territorio volcánico reconocido por ser el escenario de Mordor en El Señor de los Anillos. Pero su belleza e interés trasciende cualquier referencia cinéfila.


Tongariro fue a finales del siglo XIX el primer parque nacional creado en Nueva Zelanda. Hoy, en sus cerca de 800 km2 de imponentes montañas y paisajes lunares se pueden realizar actividades como pescar, esquiar o hacer una de las caminatas de un solo día más recomendadas del país.

Prados alpinos, manantiales, lagos de color esmeralda, volcanes activos y desiertos de lava definen el paisaje de los casi veinte kilómetros de la Tongariro Alpine Crossing. Para esta excursión, que dura alrededor de siete horas, es recomendable llevar calzado cómodo, protector solar y las vituallas necesarias para un día de trayecto. Especialmente agua, pues no hay lugar habilitado donde proveerse.
Es preferible empezar la marcha temprano, sobre las seis de la mañana, para descubrir este paisaje sin un sol inclemente y, sobre todo, lograr momentos de soledad. En temporada alta –primavera y verano- la magia de Tongariro puede verse reducida por la avalancha de turistas.




Coronar el Tongariro
El trekking se divide en varias etapas con distintos grados de dificultad. Generalmente, se comienza desde el aparcamiento de Mangatetopo, que a veces está cerrado a vehículos privados y se debe llegar en un bus lanzadera.
Uno de los primeros rincones a visitar son los llamados Soda Springs,unos manantiales donde reposar antes de atacar el Cráter Sur y el Cráter Rojo. En este último punto, el senderista obtiene unas magníficas visitas del parque con los lagos Esmeralda a sus pies. Y si avanza hacia su izquierda, puede coronar el monte que da nombre al parque, Tongariro, tras un paseo adicional de aproximadamente una hora.
Sin embargo, lo que más destaca desde el Cráter Rojo es la montaña Ngauruhoe. Con 2.500 años, este grandioso y aún activo volcán fue el Monte Doom –la Montaña de Fuego- en la adaptación cinematográfica del clásico de Tolkien. Hoy, sin hobbits acarreando el Anillo ni sets de por medio, se puede subir en aproximadamente una hora y media. Conviene prepararse para un intenso ascenso y no acercarse al cráter ante cualquier signo de actividad volcánica.





Más allá de la Tongariro Alpine Crossing
Continuando el itinerario vemos los lagos Esmeralda, de impresionante color, y desde ahí se puede tomar otra ruta, el Circuito Norte. Sin abandonar la Alpine Crossing se llega al lago Azul, de gran simbolismo para los maoríes, y al Cráter Norte, donde se obtienen vistas del lago Taupo.
Tras arribar a la cabaña Ketetahi queda el tramo final, de aproximadamente una hora y media, hasta completar los 19,4 kilómetros de recorrido. En este punto, un autobús conduce al montañista donde dejó el vehículo. En ocasiones, efectuar todo el trayecto resulta imposible porque ciertos volcanes se mantienen activos, por lo que hay que regresar sobre los mismos pasos.
Y aunque el principal atractivo es la Tongariro Alpine Crossing, esta reserva natural ofrece mucho más. Dentro del parque se hallan las aldeas de Turoa y Whakapapa, desde donde se llega al monte Ruapehu, que en invierno se convierte en la pista de esquí más grande del país. En las cercanías del Tongariro también se puede hacer kayak, ciclismo, otras caminatas o incluso pescar y cazar tras obtener un permiso.
El Tongariro es más que un paseo por los escenarios de la película de Peter Jackson. Son milenios de explosiva naturaleza impresos en un marco único: el de la Nueva Zelanda más intacta.









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