Al oeste de Panamá, en la costa Caribe, se encuentra uno de los lugares más emblemáticos del Caribe panameño: Bocas del Toro, un archipiélago paradisíaco de playas de arenas blancas y aguas cristalinas, donde parece que el tiempo se ha detenido.
Entre los meses de enero a abril,
durante la denominada estación seca, y coincidiendo con la Semana Santa, es un
buen momento para visitar la zona. A Bocas del Toro se puede llegar tanto
en avión como en transporte terrestre y desde Isla Colón, la más grande del
archipiélago, y en lancha se puede acceder a los diversos enclaves.
La capital del archipiélago en Bocas, es
Isla Colón; una pequeña población caracterizada por su colorida arquitectura de
casas de madera, amplios porches, balcones y palafitos levantados sobre el mar.
Además de su naturaleza virgen, la tranquilidad y una atmósfera cautivadora de multiculturalidad impregnan cada metro cuadrado de este paraíso poblado por caribeños que migraron a la zona atraídos por las plantaciones bananeras tras trabajar en el Ferrocarril y en el Canal de Panamá.
Aguas turquesas repletas de estrellas de
mar, 200 especies de peces tropicales, la cocina 'estilo bocatoreño' y el surf
en playas inexploradas, son sólo algunas de las opciones que ofrece este lugar
a los viajeros de todas las edades y para todos los bolsillos que encontrarán
por todo el archipiélago establecimientos donde alojarse.
Qué visitar en Bocas del Toro
El Parque
Nacional Marino Isla Bastimentos, con más de 200 especies de peces
tropicales.
El Primer Parque Marino de Panamá
(1988), que ocupa un poco más de 13.000 hectáreas de tierra y mar, tiene como
objetivo la conservación de arrecifes, manglares, playas de anidamiento de
tortugas y lagunas, que lo convierten en una de los pocas áreas protegidas de
América Latina que preserva ecosistemas tan importantes. Su remota ubicación lo
hace un refugio ideal para especies en extinción y para otras tan
singulares como las tortugas de agua dulce, la rana roja, autóctona de este
archipiélago, o los cocodrilos.
Las delicias
bocatoreñas: Comer en un palafito.
Repartidos por la costa y en enclaves
espectaculares se encuentran apacibles restaurantes de estilo antillano donde
el pescado, los camarones o la langosta, aliñados con especias caribeñas,
son los principales platos del menú y a precios muy accesibles. Se trata de
palafitos donde degustar recetas típicamente bocatoreñas mientras se disfruta
de un ambiente caribeño.
Una parada en Isla Zapatilla
Son dos islotes vírgenes, pertenecientes
al Parque Marino de Bastimentos, que representan la viva imagen de un paraíso
tropical: playas con aguas de color turquesa con arenas blancas y donde se
puede disfrutar del esnorquel y de sus fondos marinos.
Solo para surfistas: Playa Bluff
En el extremo norte de Isla Colón
se encuentra esta amplia playa de arena dorada y muy popular entre los
surfistas a apenas 30 minutos en coche desde el muelle de Isla Colón. De
oleaje medio, cuenta con una gran variedad de vida silvestre en sus alrededores
y es un sitio espectacular para ver un buen atardecer.
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