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lunes, 30 de noviembre de 2015

EL PARQUE ZHANGYE DANXIA. Un paisaje multicolor.


Hay paisajes que parecen haber sido manipulados por algún artista, pero no son más que el resultado de la paciente labor de la naturaleza a través del tiempo. Por ejemplo, en la República Popular China hay un parque nacional geológico que se encuentra cerca de la ciudad de Zhangye, en la Provincia de Gansu, en él se puede observar hermosas montañas de colores.
Los colores que puedes observar en estas montañas son 100 por ciento natural y son tan grandes que se pueden apreciar desde muy lejos. Se trata de formaciones de piedras rocosas con diferentes tonalidades rojizas, conocidas como danxia, que significa “nube rosa”. El paisaje se caracteriza por ser muy escarpado, con acantilados espectaculares, barrancos, valles, cascadas y otras múltiples formaciones geológicas.
Con el paso del tiempo, las piedras areniscas con tonalidades rojizas y otros minerales se erosionaron hasta convertirse en montañas de centenares de metros de altura. Después de 24 millones de años, estos depósitos de areniscas crearon en las montañas diferentes tonalidades.
Gracias al viento, a la lluvia y al tiempo, estas tonalidades forman inusuales figuras como torres o columnas. Los colores que se pueden apreciar son suaves y nítidos, y van desde el verde, amarillo, azul, gris, naranja y rojo.






Parque geológico nacional Zhangye Danxia
En sus inicios, esta zona de 250 kilómetros cuadrados era un parque provincial y de zona turística, pero se convirtió oficialmente en un parque geológico nacional en 2011. Todo se inició gracias a la votación en el año 2005, por un jurado de periodistas de los 34 principales medios de comunicación de China, donde consideraron esta zona como una de las más bellas del relieve Danxia.
En el año 2009, la revista china Geografía nacional china eligió Zhangye Danxia como una de las “seis más bellas formaciones del relieve” en China. Desde entonces se decidió convertir este parque en una zona exclusivamente turística. Se construyeron pasarelas de madera y vías de acceso para ayudar a los visitantes a explorar las formaciones rocosas.
En el año 2014 se invirtió 100 millones de yuanes para mejorar las instalaciones del paraje de Bonggou. Todo el día hay autobuses que recorren el interior del recinto. Su uso es obligatorio y se detienen en tres miradores donde se puede disfrutar del paisaje todo el tiempo que se desee. 
Estas montañas de colores han sido muy estudiadas por los geólogos que deseen comprender los movimientos y la dinámica de la Tierra a lo largo de las diferentes eras geológicas. Por su valor excepcional tanto desde el punto de vista científico como estético, este extraordinario paisaje ha sido considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde el año 2010.









viernes, 20 de noviembre de 2015

HAPUTALE. Paseo por los campos de té de Lipton Seat


Haputale es una ciudad a 1.400 metros de altitud donde hace algunos años Thomas Lipton aprovecho el tirón de las plantaciones de té para invertir su fortuna y enriquecerse todavía más. Desde entonces el negocio del té en esta zona ha crecido, brindando unos paisajes increíbles con sus montañas repletas de plantaciones que tiñen el mundo de verde.
Hay muy pocas instalaciones comerciales y de ocio en la ciudad, pero se puede encontrar un montón de lugares para hacer senderismo. Estas colinas de té suelen ser muy fotogénicas. Es una experiencia maravillosa para simplemente pasear y ser testigo de la vida cotidiana de los trabajadores del té. Quizás el más destacado entre todas las plantaciones de té es el Dambatenne Tea Estate, que es conocida por no dejar de utilizar maquinaria de la época victoriana en los procesos de cultivo de sus hojas de té. Fue construido en 1890 por el barón escocés Sir Thomas Lipton, el fundador del Imperio del té Lipton.







Sir Thomas J. Lipton fue un escocés de finales del siglo XIX proveniente de una familia humilde que se dedicó desde muy joven a la venta de comestibles. Comenzó abriendo una pequeña tienda y con el tiempo llegó a poseer más de 300, fue entonces cuando entró en el negocio del té, su éxito radicó en la innovación y en conseguir introducir el consumo del té entre las clases medias y medias-bajas de la población británica ofreciendo su producto a precios competitivos.
Para llevar a cabo su proyecto comenzó comprando tierras en Sri Lanka donde construyo una plantación de té como no se había visto hasta entonces, implantando métodos británicos y tecnología moderna en la fabricación del té.
En lo alto de su creación, habilitó un lugar "Lipton´s seat" donde se sentaba a meditar... las vistas que tenía ante sí daban pie a ello y era allí a donde invitaba a pasar largas estancias a miembros importantes de la alta clase británica e incluso a la monarquía de la época.





En nuestros tiempos, la fábrica ofrece un recorrido por el proceso de toma de té que culmina con la degustación de té. La fábrica está situada a unos 11 kilómetros de Haputale y es accesible por medio de transporte púbico. 
Sin duda alguna vale la pena ir hasta el mirador conocido hoy por todo el mundo como el asiento de Lipton. A lo largo del camino al mirador se puede observar un vasto panorama de magníficos paisajes montañosos. El mejor momento para ir de excursión al asiento de Lipton es durante la madrugada cuando la vista no está cubierta por la niebla todo y que ver estos paisajes con niebla también tiene su encanto sobre todo para la fotografía. Para llegar al mirador, hay que subir unos 7 kilómetros a través de plantaciones de té. Esta caminata puede llevar alrededor de unas dos horas y media para finalmente llegar a la cima.
Se puede hacer la ida y vuelta a pie pero si se va más justo de tiempo se puede alquilar un tuc-tuc para que nos lleve hasta la cima y hacer el regreso andando. Sea de una manera u otra nadie puede negar que la esta caminata entre las plantaciones vale la pena.









domingo, 15 de noviembre de 2015

EL CEMENTERIO JUDÍO DE PRAGA. Una visita sobrecogedora.


Pocas ciudades en el planeta pueden rivalizar con Praga. Lugar mágico, impregnado de historia, de leyendas y de misterio en cada una de sus esquinas, de sus callejones, de sus puentes… Todo en Praga adquiere un tinte diferente que nos hace echar la vista atrás y, entre los ecos pasados de violines y pianos, recorremos sus empedradas calles hasta llegar al antiguo barrio judío donde, encajonado entre edificios y antiguas sinagogas, encontraremos uno de los cementerios más impresionantes de Europa.
En el viejo cementerio judío de Praga no hay lujosos panteones, ni monumentos de costosos mármoles, no hay flores, ni adornos, ni cruces, ni estatuas… allí solo encontraremos miles de lápidas amontonadas sin orden ni concierto, como si en un juego macabro hubiesen sido colocadas azarosamente por manos invisibles en lejanas noches oscuras y silenciosas.





Viendo el reducido espacio del cementerio, no nos salen las cuentas cuando nos dicen que allí hay enterrados más de cien mil judíos. En cambio, en el camposanto tan solo hay unas doce mil lápidas. Esto se debe a que el cementerio se les quedó pequeño y los judíos, sin la posibilidad de ampliarlo, tuvieron que recurrir a realizar los nuevos enterramientos sobre los ya existentes, añadiendo capas de tierra una y otra vez. En algunos lugares del cementerio se pueden contabilizar hasta once enterramientos unos sobre otros. Motivo también del aparente desorden de las lápidas.
El poeta y erudito Avigdor Karo fue la primera persona enterrada en este lugar, allá por el año 1439 y permaneció activo hasta 1787, cuando fue clausurado definitivamente con la tumba de Moses Beck. Cientos de nombres célebres descansan en este lugar, como el sabio del Renacimiento, historiador, matemático y astrónomo David Gans (1613), o el erudito e historiador José Salomón Delmedigo (1655), y el rabino y coleccionista de manuscritos y libros impresos en hebreo David Oppenheim (1736). Aunque sin duda el más conocido de todos es el gran erudito y maestro religioso Judá Loew ben Bezalel, conocido como el rabino Loew (1609), que se asocia con la leyenda del Golem, un muñeco de barro creado por Loew para defender a los judíos de Praga, pero que enloqueció y no pudo cumplir su tarea.






Elevado sobre las calles laterales, el viejo cementerio judío expande su aura sobre todo el distrito de Josejof, donde las antiguas sinagogas del gueto permanecen ancladas como islas. En una de ellas, la sinagoga Pinkas, con su eterno aroma a sándalo petrificado y entre las sombras de sus candelabros de siete brazos, encontramos un pequeño y estremecedor museo en recuerdo a los judios muertos durante el holocausto nazi.

En sus paredes están inscritos los nombres de las víctimas judías, sus datos personales, y los nombres de las comunidades a las cuales pertenecieron. En 1968, sin embargo, el Monumento fue cerrado debido a filtraciones de aguas subterráneas, que ponían en peligro la estructura del edificio. Durante los trabajos de aislamiento, se descubrieron espacios subterráneos, un antiguo pozo y un baño ritual. El régimen comunista demoró intencionalmente los trabajos de reparación y las inscripciones fueron removidas. No fue posible hasta 1990 completar las modificaciones del edificio. Finalmente entre 1992–1996, los 80.000 nombres de los judíos checos y moravos víctimas del nazismo fueron escritos de nuevo en las paredes.
En el primer piso de la Sinagoga Pinkas se encuentra la exposición Dibujos de los niños de Terezín, 1942–1944. Entre los prisioneros en Terezín había más de 10.000 niños menores de 15 años al ser apresados. 8.000 de ellos enviados al Este, unos 242 sobrevivieron a la guerra. El Museo Judío tiene más de 4.000 dibujos originales de estos niños en su colección. Son un testimonio conmovedor de su cruel destino y prácticamente el único recuerdo da aquellos que no sobrevivieron.







domingo, 8 de noviembre de 2015

SAN PEDRO DE ATACAMA. Capital arqueológica de Chile.


San Pedro de Atacama es un pequeño poblado ubicado en uno de los oasis que se encuentran en el altiplano de la II Región del país.
En esta zona geográfica se encuentran algunas de las más altas cumbres de la Cordillera de los Andes.
Otra cuna de la cultura atacameña, hoy alberga a 2.500 habitantes aproximadamente.
Su gran importancia actual, se debe a que es considerada la capital arqueológica de Chile y a lo extremo de su entorno geográfico, privilegiado en cuanto a la hermosura de sus paisajes y al azul de sus cielos siempre despejados.
La principal actividad económica del poblado es el turismo, seguido de la agricultura menor (pequeños cultivos y crianza de ganado menor).
Debido al impresionante paisaje que rodea esta zona, San Pedro se ha convertido en el centro de partida de la actividad turística y de las excursiones por la región, encontrándose en el pueblo los más variados servicios para el visitante como alojamiento, restaurantes, agencias de turismo, artesanía, centros de llamados, Internet, posta y Carabineros.
Otra de las características de San Pedro es su ambiente marcadamente cosmopolita debido a que es visita obligada de los turistas que vienen a Chile, especialmente de Europa.





Su Historia
Se estima que hace unos 11.000 años atrás se asentaron los primeros pueblos en el extremo norte de Chile, escogiendo la zona de la puna y las quebradas del desierto de Atacama.
Los Atacameños fueron el pueblo originario y fundador de la llamada "Cultura San Pedro", estableciéndose en la hoya del río Loa y en todos los oasis del desierto de Atacama.
Fueron los primeros agricultores, y por lo tanto, el primer pueblo sedentario del país. Como el suelo cultivable era muy escaso, construyeron terrazas de cultivo en los faldeos de los cerros, éstas eran regadas artificialmente y las fertilizaban con guano de llama. Su principal actividad económica fue, por lo tanto, la agricultura, destacando los cultivos de siete variedades de maíz, quínoa, frijoles, tunas, algodón, calabazas, papas, porotos, entre otros.
También se dedicaron a la ganadería, especialmente de llamas y alpacas, a las cuales aprovechaban la carne y la lana. Además las utilizaron como su principal medio de transporte, para realizar un frecuente intercambio comercial con los pueblos costeros.
Su desarrollo artístico lo expresaron a través de la cerámica, tejidos, cestería, tallados en madera y en la metalurgia, especialmente de cobre y bronce. Famosas son sus tabletas de rapé y sus respectivos tubos, fabricadas en madera.
Respecto a su religión, se sabe que creían en la vida después de la muerte, y que enterraban a sus muertos con vestuario y alimentos para su viaje al más allá. Adoraron las distintas fuerzas de la naturaleza. No se han encontrado templos ni oratorios.
Los atacameños llegaron a ser el pueblo precolombino más desarrollado de Chile.
A la llegada de los españoles se presentaron como un pueblo pacífico ante el paso de las expediciones de Diego de Almagro y Pedro de Valdivia, quienes llegaron a abastecerse en los oasis del desierto hacia la mitad del siglo XVI.




Su Artesanía
San Pedro de Atacama es un lugar rico en artesanías, ya que su elaboración es una tradición que se ha traspasado como un rito ancestral de generación en generación.
Entre sus creaciones encontramos hermosos y finos tejidos en lana de llama y alpaca, así como de oveja. 
También característica de la zona es la artesanía en piedra volcánica de la localidad de Toconao. En cuanto a la cerámica, se realizan reproducciones de la cerámica atacameña, hechas por expertas manos de artesanos de la zona.
Cabe destacar el trabajo realizado en madera de cactus, que da origen a originales paneras, pantallas, instrumentos musicales y adornos.Ha surgido también un tipo nuevo de artesanía que mezcla los modelos originales autóctonos con ideas propias de los artesanos venidos de otros lugares, esta mezcla de estilos da origen a creaciones en metales, resina, trabajos con semillas de chañar y tamarugo, así como una original textilería y artículos de cuero. En San Pedro se pueden encontrar abundantes creaciones artesanales, tanto para llevarse un recuerdo de la zona como para hacer un regalo especial.






lunes, 2 de noviembre de 2015

LJUBLJANA. La ciudad del amor y los dragones.


Liubliana (Ljubljana), es el corazón de Eslovenia, un lugar que a pesar de ser la capital es una ciudad que transmite mucha tranquilidad, sobre todo en la zona más céntrica, debido en parte a las grandes zonas peatonales que hacen que pasear entre sus calles sea un auténtico placer. Ciudad cosmopolita, goza de un ambiente maravilloso que se puede disfrutar en todo su Casco Antiguo así como en la ribera del Rio Ljubljanica, ideal para tomar algo tras visitar la ciudad.
Ljubljana se encuentra en Eslovenia Central, otras 25 localidades conforman esta región, en la que la naturaleza, sus monumentos y castillos invaden los verdes campos. Punto estratégico respecto a los países con los que limita como Austria, Hungría, Italia y Croacia.




Que ver en Liubliana
Alrededor de 270.000 personas habitan en la capital, una ciudad que comparte con el visitante sus vestigios de la época romana, como la ciudad de Emona, o el pintoresco Casco viejo, en el que se halla el Castillo Medieval, la Catedral, la Iglesia Franciscana de la Anunciación, edificios de la época barroca italiana, muestras arquitectónicas del Art Nouveau, el Puente del Dragón que cruza el Río Ljubljanica, el imponente Parque Tivoli o las Marismas de Ljubljana.
La mayoría de los visitantes acuden a la zona del Casco Antiguo para poder visitar algunos de éstos lugares, comenzar por el Castillo es una buena opción, para subir hasta este lugar podemos optar por dos vías, o bien hacerlo en su funicular o bien caminando por un pequeño sendero sin dificultad que nos llevará hasta allí. Desde el Castillo las vistas de toda la ciudad son inmejorables, podremos ver la zona del extrarradio con las viviendas y edificios más nuevos y la zona más cercana del Casco Antiguo, aquí ya se puede sacar el mapa para idear nuestro itinerario. En una zona del Castillo el acceso es libre pero si se quiere acceder a la zona más alta hay que abonar la entrada. En el interior muy bien conservado se puede comprar algún souvenir o bien tomar algo en la terraza de su restaurante.




Una vez abajo, en los aledaños del castillo se puede visitar la preciosa Catedral de San Nicolás, con su imponente órgano en el interior, reconocible por su cúpula de color verde y las dos torres gemelas que se erigen hasta el cielo. La iglesia actualmente barroca pero reconstruida desde su anterior aspecto gótico está en la Plaza de San Cirilo muy cerca del Ayuntamiento y el Mercado. Tras visitar el edificio se pasa por delante del consistorio, situado en la Plaza Mestni, edificio del Siglo XV, lugar con mucho tránsito de gente que pasea por las calles de la vieja ciudad. En Ljubljana lo ideal es dejarse llevar e ir encontrando las maravillas de la ciudad, callejeando entre las ruas se llegas a otro de los preciosos lugares de la capital, el Mercado, que se encuentra en la Plaza Vodnikov, en la parte interior se pueden ver productos como la carne o pescado así como productos típicos de Eslovenia, pero en el exterior existe la posibilidad de comprar frutas y verduras así como ramos de preciosas flores.


Otro de los atractivos de la capital son sus famosos puentes, se recomienda pasear por ambas riberas del Rio Ljubljanica atravesando los puentes, o bien realizar una excursión en barco por el rio, uno de los más fotografiados es el Puente de los Dragones, símbolo de la ciudad debido a los vínculos con la leyenda de San Jorge, desde aquí se puede seguir caminando por la ribera y atravesar el mercado hasta llegar al Puente Triple, junto a la Oficina de Turismo y al otro lado la Plaza Preseren, punto de reunión de los habitantes de la ciudad. El Puente de los Carniceros y el de los Zapateros también son muy conocidos, el primero por ser visitado por enamorados que ponen sus candados en las barandillas y el último por tener cientos de zapatos colgados sobre él, aunque realmente su nombre proviene por ser una zona con numerosos comercios de zapatos en la antigüedad.


Cerca de la estación del tren está el barrio Metelkova Mesto, donde en un recinto de casas pintadas y decoradas con grafitis y arte urbano está el centro cultural Metelkova Mesto.
Uno de los exponentes de la arquitectura de la capital eslovena es Joze Plecnik, el artista plasmó su arte en muchos de los edificios de la ciudad. En Ljubljana se puede hacer un turismo de relax, disfrutar de sus paisajes, de sus calles, pero también se pueden practicar todo tipo de deportes de riesgo como la escalada, el rafting, el esquí, el senderismo o paseos en bicicleta. Debido a su cercanía a los Alpes Julianos y a la zona del Karst los escenarios naturales son espectaculares. Existen multitud de actividades para realizar en la ciudad como visitas guiadas, tours gastronómicos o paseos en barco.







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