A apenas un centenar de kilómetros de Cáceres se erige, en lo alto de un promontorio, la villa medieval de Marvão, de origen árabe, cuyo nombre significa suave, agradable y plácido. Quizás una premonición de lo que el visitante encuentra en sus calles empedradas, sus blancas casas y su castillo fortificado.
En medio de la
región portuguesa del Alentejo, se puede divisar la villa medieval de Marvão.
Es fácil ya que está situada en lo alto de un promontorio de 865 metros de
altura sobre una llanura plana, un paisaje muy parecido al de Extremadura,
comunidad española con la que colinda por la parte de Cáceres, y de la que solo
le separa un centenar de kilómetros.
Como buena villa
medieval, Marvão es empedrada, sinuosa, irregular y empinada, pero es quizás en
ese espíritu de otra época donde radica su singularidad. Por un lado, murallas
fuertes y robustas al más puro estilo románico, por otro, un empinado
precipicio que hacía las veces de defensa natural del altivo castillo que
corona el municipio.
Bastión histórico
de la lucha portuguesa contra las tropas castellanas en el siglo XIV, la
moralidad y arraigo de las gentes de Marvão en la defensa de la frontera lusa
les hizo valedores de portar en el escudo de la villa el lema 'Muy noble y
siempre leal villa de Marvão', una buena forma de prever como son, en la
actualidad, sus habitantes: leales, valerosos, amables y hospitalarios.
El edificio por el
que más se conoce a Marvão es su castillo. De propiedad pública, fue uno de los
más importantes emplazamientos defensivos al Sur del Tajo. Declarado Monumento
Nacional, tras las guerras castellano-portuguesas, sus alrededores sirvieron
como centro industrial y comercial de la villa, donde mercaderes de toda la
región del Alentejo y de España se acercaban para ofrecer, entre otros
productos autóctonos, vino de la región, castañas asadas y queso.
La Feria de
la Castaña
Los mismos
productos que, muchos años después, podrán disfrutar los interesados que se
acerquen a la popular Feria de la Castaña, evento principal del
municipio que este año cumple su 31ª edición y que se celebrará durante el mes
de Noviembre.
Puntos de venta de
castañas asadas, vinos de la región, de los mejores de Portugal, artesanos que
fabrican ropa y artículos de decoración de la misma manera que lo hacían sus
antepasados casi seis siglos antes, actuaciones musicales y teatrales en
directo y, por supuesto, un ambiente festivo sin igual que hace que muchos
españoles se acerquen año tras año.
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