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domingo, 12 de enero de 2014

EL PALACIO TOPKAPI. La sede del Imperio Otomano


Sobre un cabo, entre la confluencia del Bósforo y el Cuerno de Oro, se alza el Palacio de Topkapi, el palacio más antiguo y extenso de los que han sobrevivido hasta nuestros días. En este opulento entorno vivieron y gobernaron los sultanes y su corte.
En el patio exterior, o primer patio, hay un magnífico jardín arbolado. Se entra en él por la puerta llamada Bab-i Humayun (la Puerta Imperial). La fuente monumental, situada frente a la fuente de la puerta Bab – i Numayun, es uno de los mejores ejemplos del arte turco del siglo XVII. En torno a este primer patio se situaban las panaderías, la casa de moneda, el cuerpo de guardia, las leñeras y, en la explanada un poco más abajo, los huertos del palacio. El primer edificio del palacio, llamado el Pabellón de Azulejos, se encuentra en este patio. A la izquierda de la entrada se ve la Iglesia de Santa Irene, construcción bizantina del siglo VI.
La entrada principal del Museo de Topkapi en el segundo patio es por la puerta  llamada Bab-üs Selam (la Puerta de la Salutación). Al pasar ésta, hay que atravesar una segunda puerta llamada Orta Kapi (la Puerta Medianera) que comunica con el segundo patio, en el que estaba situado el departamento administrativo del Estado. En este patio, donde sólo el Sultán podía montar a caballo, se podía ver a menudo a la gente que debía resolver algún asunto oficial con el gobierno, y a los representantes de los jenízaros. En el mismo patio se recibían a los embajadores extranjeros y tenían lugar diversas ceremonias oficiales. Se cuenta que, en la presencia de entre cinco y diez mil personas durante estas ceremonias, reinaba un silencio absoluto en el patio. Durante las ceremonias, a las que el sultán solía asistir, el trono imperial se colocaba  delante de la puerta, al otro extremo del patio, y en señal de respeto los presentes permanecían de pie, con los brazos cruzados sobre el pecho.





A la derecha del segundo patio, sombreado de cipreses y plátanos, se encuentran las cocinas del palacio, actualmente galerías donde se expone la colección imperial de cristal, plata y porcelana china. Unas 2.500 piezas de las más de 12.000 porcelanas chionas y japonesas que se usaban o decoraban el palacio. En la época en que estas estancias funcionaban como cocina, un equipo de más de 1.000 cocineros y sus ayudantes preparaba los platos destinados a diferentes partes del palacio.
Se entra en el tercer patio por la puerta llamada Bab-üs Saade (la Puerta de la Felicidad). Nadie podía atravesarla sin permiso especial. Bajo el control de los eunucos blancos se podía pasar a este patio reservado para el Sultán. El Centro Imperial de Enseñanza Superior, la Sala del Trono, el Tesoro Privado del Sultán y las salas de las Sagradas Reliquias se encuentran en este patio. La Sala del Trono estaba situada enfrente de la entrada y todos los criados que servían en esta sala eran sordomudos por razones de seguridad. Al propio Sultán le solían servir oficiales de alto rango, que eran al mismo tiempo los mejores alumnos de la escuela imperial (el Enderún).



El Tesoro de Topkapi contiene la colección más rica del mundo. Las joyas exhibidas en las cuatro salas seguidas son auténticas y originales. Las obras maestras del arte de la joyería  turca de varios siglos, junto con obras procedentes de Europa, la India y el Extremo Oriente, fascinan al visitante. El puñal de Topkapi es el símbolo del palacio y del tesoro entero, un bellísimo ejemplo de la artesanía turca del siglo XVIII. Debajo de una de las cuatro esmeraldas que adornan la empuñadura hay un pequeño reloj.
Las Sagradas Reliquias del mundo islámico fueron traídas al palacio a comienzos del siglo XVI desde Egipto, cuando este país fue conquistado por los turcos. Desde entonces las reliquias se conservan en el mismo sitio. Desde entonces también los sultanes turcos obtuvieron el califato, o sea la jefatura del mundo islámico, lo cual aumento el prestigio de su poderío. En esta sala están exhibidas las pertenencias personales del Profeta, uno de los primeros coranes escritos a mano y las llaves de la Kaaba.

En el cuarto patio se encuentran los pabellones de los jardines y entre ellos el Pabellón de Bagdad, el único edificio de madera del palacio, decorado ricamente con adornos y azulejos, que data del siglo XVII.







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